Cuando se hable de colas y de precios que se multiplican de un mercado a otro, conviene tener a mano explicaciones económicas. La cola es una manifestación de inflación reprimida y es inevitable la transferencia de precios entre mercados monetariamente segmentados.
Tanto la inflación reprimida como el encadenamiento “perverso” de mercados segmentados son consecuencias no solamente de un déficit de oferta, sino sobre todo de que, al no funcionar los precios, se “traba” la respuesta de oferta.
La inflación reprimida significa que, como la fijación de precios no actúa para estimular la oferta, la demanda efectiva supera la oferta disponible y esta última -cuando no se raciona- es insuficiente, inestable y se agota rápido, es decir viene en “combo” con una cola.
Si coexisten un mercado en divisas (MLC) relativamente abastecido y un mercado en monedas nacionales (CUP y CUC) donde hay escasez, no es razonable asumir que cada uno funcionaría con equilibrios segmentados y como compartimentos estancos.
Si hay una lección aprendida desde los Sumerios, es que oferta y demanda siempre se conectan en un mercado. Si no es en un mercado formal, ello ocurre en un mercado informal. Por supuesto que una oferta cotizada en MLC se convierte en una oferta en CUP/CUC.
Cuando un precio en MLC se multiplica al convertirse en precios en CUC para que puedan conectarse dos mercados segmentados, ocurre una devaluación de facto del CUC. Si sucede de manera repetida, es una tendencia que indicaría que algo no está funcionando bien.
Tomado de Pedro Monreal-Facebook