Después de una batalla campal en el estado de Georgia el El candidato demócrata Joe Biden se va al frente de las elecciones en esa zona sobre el republicano Donald con 917 votos de diferencia, según se puede apreciar en el diario New York Times.
Hasta el momento continúan con el mismo porcentaje de (49,4%), pero Biden se ha adelantado ligeramente con 2,449,371 frente a los 2,448,454 de Trump. Ese vuelco a los resultados se ha producido con el 99% de los votos escrutados.
El actual presidente Donald Trump está desesperado por todo lo que está sucediendo y haciendo todo los que se encuentra en sus manos para socavar la confianza en la elección de esta semana contra Joe Biden, ya que el demócrata ganó terreno en contiendas apretadas en estados clave en el campo de batalla, y luego avanzó poco a poco en Georgia.
Al parecer es el fin del mandato de Trump por lo que presentó este jueves acusaciones sin fundamento de fraude electoral para argumentar falsamente que su rival estaba tratando de tomar el poder. Supuso un esfuerzo extraordinario por parte de un presidente estadounidense en ejercicio para sembrar dudas sobre el proceso democrático.
«Este es un caso en el que están tratando de robar una elección, están tratando de manipular una elección», explicó Trump desde el podio de la sala de reuniones de la Casa Blanca.
Las declaraciones del presidente republicano profundizaron la sensación de ansiedad en Estados Unidos cuando los estadounidenses ingresan a su tercer día completo después de las elecciones sin saber quién se desempeñará como presidente durante los próximos cuatro años. Sus declaraciones también provocaron una reprimenda de algunos compañeros republicanos, en particular de aquellos que buscan llevar al partido en una dirección diferente en una era posterior a Trump.
En este momento ninguno de los candidatos ha alcanzado los 270 votos del Colegio Electoral necesarios para ganar la Casa Blanca. Pero Biden eclipsó a Trump en Wisconsin y Michigan, dos estados cruciales en el campo de batalla del Medio Oeste, superó al presidente en Georgia la madrugada del viernes y estaba cada vez más cerca de hacer lo mismo en Pensilvania, donde todavía se cuentan los votos hasta el momento.